La ATENCIÓN HUMANA es “una relación profesional honesta, amable, confiable y respetuosa que crea confianza mutua, reconoce y acepta al otro como una persona plena con características individuales y lo protege de sufrir daños.” (E. Ruelas)

Así como se utilizan códigos en hospitales y clínicas para que todo el personal pueda responder de manera inmediata, estandarizada y confiable a una situación de urgencia de un paciente, para la ATENCIÓN HUMANA es necesario implantar un CÓDIGO HUMANO que permita que todo el personal sepa cómo debe ser tratado un paciente, sus familiares y acompañantes en todo momento, en cualquier circunstancia y en toda la organización.

Por ello, el CÓDIGO HUMANO es el pilar sobre el que se construye CAHUSA.

CAHUSA tiene dos carácterísticas diferenciadoras fundamentales:

1. CAHUSA es una certificación especializada por su enfoque en la Atención Humana del personal de salud y por ello complementaria de todas las demás acreditaciones o certificaciones que existen. Mientras que otras acreditaciones o certificaciones se enfocan en las organizaciones en su conjunto, o sea, en la calidad y la seguridad de todo un hospital o toda una clínica con base en sus estructuras, procesos y resultados, CAHUSA es la única certificación internacional que combina la evaluación de competencias individuales con las organizacionales. También existen certificaciones enfocadas en la atención centrada en el paciente que evalúan la capacidad de toda la organización para proporcionarla. A diferencia de las anteriores, CAHUSA está especializada en la certificación individual de la relación directa entre el personal de salud y el paciente y su familia con el soporte organizacional indispensable para que ello ocurra como debe ser.

2. Al ser una certificación altamente especializada en la relación directa entre los profesionales de la salud y los pacientes y sus familias, CAHUSA está enfocada exclusivamente en los aspectos que determinan la más alta calidad en esta relación y en las condiciones organizacionales que la determinan sin más estándares que los indispensables para demostrarlo, así se cumple la frase atribuida a Leonardo Da Vinci: “La sencillez es el más alto grado de sofisticación.”