A lo largo de casi un siglo, el interés por la calidad de la atención médica ha transitado desde la evaluación de los expedientes médicos, la acreditación de hospitales y otros servicios de salud enfocada en los recursos, posteriormente en los procesos y, en los últimos veinte años, en los resultados de la atención y sobre todo en la seguridad de los pacientes.
La nueva frontera es la atención humana. Cada vez es más evidente que, aunque la seguridad de los pacientes seguirá siendo un tema fundamental y los recursos y procesos serán siempre indispensables, el ser humano como paciente y como prestador de servicios adquirirá una enorme importancia en estos tiempos ante el embate de las tecnologías. Por ello, las acreditaciones y certificaciones deberán enfocarse cada vez más en esta dimensión fundamental de la calidad que se otorga en los servicios de salud.